De nuevo volvemos a la Residencia
de la Casa de Misericordia para poder celebrar junto a los abuelos el día de
San Isidro. Como cada viernes que coincidimos con ellos en estos tradicionales
talleres intergeneracionales que llevamos desarrollando ya dos años, los
mayores nos reciben con sus mejores sonrisas, adornadas hoy con elementos de
esta fiesta tradicional madrileña: claveles rojos, chalecos de chulapos,
pañuelos blancos en la cabeza para las chulapas… ¡hasta un grupo de abuelos
vestidos con trajes del ejercito nos esperan en la puerta! Los chicos no podían
ser menos y rápidamente se mezclan con los mayores vistiendo sus mejores galas
que habían preparado con antelación, aunque siempre les dé un poco de vergüenza
al principio.
Después de disfrutar de unos
primeros minutos de charla para saber cómo se encuentran cada uno de ellos y
escuchar todas esas anécdotas que siempre están dispuestos a compartir con
nosotros, los trabajadores de la residencia comienzan a repartir un riquísimo
chocolate caliente acompañado de churros y otros dulces, que hacen este momento
aún más especial.
Con el estómago lleno, llega la
hora del baile, donde mayores y jóvenes compartimos momentos muy divertidos al
ritmo de pasodobles y chotis. Hay que decir que… ¡los abuelos siguen dándonos
una buena lección de baile!
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